Cuando uno se queda solo, habiendo sido dos.

La vida de cada quien se desarrolla siempre junto a otros seres. En la base de todo vínculo, del orden que sea, se establece un mecanismo reflejo de relacionamiento recríproco, que aceita y automatiza al mismo, conduciendo al establecimiento del «habito». Que no es otra cosa que «el modo de ser» y el «estado de las cosas» entre esas personas vinculadas, dentro del ambito en el que se desarrolla dicho vínculo. Cuando ello se interrumpe de súbito, surge la «deshabituación», que afecta a ambas partes.Pero por supuesto, quien de verdad, mas la padece es aquel que no lo eligio. Por ende no esta preparado, lo sorprende , lo instala en shock, etc, todo lo que profundiza la valorización perjudicativa y peyorativa del evento. Se altera el modo reflejo de la relacion y se quebranta el habito. Surgen horas de desasosiego y hasta de desorientacion.El individuo entra como en el exilio: las cosas siguen estando pero no ya a su alcance, no se le permite acceder, la realidad circundante es otra y confusa. Siente que ha lo ha perdido todo. No se reconoce. Casi ha perdido su identidad. El entorno, la familia y los amigos, todos quedan resentidos justamente por alteración de su propia conducta refleja, que ataca el habito. Basta recordar las experiencias de Pavlov en este sentido. Lo habitual ya no esta, hay algo nuevo y distinto. Entonces, que nos ayudaría a remontar la crisis? Pues, cuanto mas rápido mejor, ayudarse desde la inteligencia, que aunque ensombrecida por el golpe recibido, siempre está. Y a analizar lo acontecido a fondo, como recurso ineludible destinado a comprenderlo y poderlo tramitar. Y a la par, armarse de inmediato de conductas individuales y sociales distintas a las anteriores, a fin de preparar una identidad nueva, sobre la base del ensayo y error. Hay un mundo desconocido afuera, sorprendente, tentador que hasta puede llegar a ser atractivo, al que uno debe acceder como protagonista que debe ser de su propia vida. Eso, la vida es de cada quien. El que se va, se lleva cosas, pero no se lleva el talento de uno. Por nada aferrarse a alguien «por no quedase solo/a». Se impone un tiempo de reencuentro con uno mismo, que una relacion sobre todo larga, ha desvastado. Y a confiar en si mismo.Adentro de uno esta todo lo que se necesita, hay que aprender a usarlo, dejando de pedirlo prestado.La soledad es la peor de las condenas cuando la vida te la impone, pero es la mejor de las companías cuando uno la elige.

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