Con lo que les escribo, no es para nada mi intención molestar a los católicos practicantes ni a los que no lo son dentro de los que me incluyo. Hace ya mucho tiempo de mi ya a esta altura larga vida que descubrí y sigo sosteniendo que la Iglesia y quienes la constituyen en sus jerarquías, es una mentirosa institución al servicio de intereses varios, dentro de los cuales la humanidad – las personas y sus circunstancias – importan poco o nada.
Y voy al grano. Ayer el venerado jefe mayor – el Papa – o cometió una burrada digna de cualquier persona desinformada al límite de la ignorancia más supina, o mostró ser un repudiable engranaje portavoz de la mentira persuasiva con la que muchas almas desorientadas calman sus angustias sobre la base de creer en los efectos bondadosos del perdón. Y desearía poder hablar de frente a él esto que escribo para que me explique a mi que trabajo hace mucho tiempo en el tema de la violencia, cómo a través del perdón se acomoda el psiquismo de una víctima de tan aberrante, repugnante, lesivo por lo traumatizante y demarcatorio definitivo de su futura vida sexual como es el abuso sexual y la violación.
VIOLENCIA EN VICEVERSA
Como lo expusiera ya anteriormente en alguno de mis escritos, la mayoría de las religiones – además de la católica apostólica romana – propugnan el perdón. El judaismo tiene hasta una fecha para celebrarlo. Y Jesús propuso perdonar»siete veces siete», lo que equivale a no acabar de perdonar. En el budismo el perdón se practica como cura y para deshacerse del odio y el rencor. Y asi en otras tantas. Pero, qué papel ejerce la religión ante lo inmoral? cuando que cada lider debe erigirse como ejemplo y hay quienes no lo dan. A su vez, el caracter de búsqueda de la verdad sobre hechos repudiables cometidos bajo los muros de fe y por sus representantes, es inapelable y perfectamente ajeno a la esencia de lo religioso, ya que pertenecen a la lógica binaria verdadero- falso, imputable- inimputable. Todo lo que no se resuelve con el mero acto de pedir perdón. Por eso lo de ayer del Papa fue un acto de violencia, también la desfachatez de permitir la presencia en el coro de dignatarios a quien apoyó el silenciamiento, y como sumatoria, el desprecio sumario, petulante, tajante, rotundo y hasta impertinente de sobrevolar nuestro territorio, – que es el suyo – sin haberlo visitado aún más el mail escrito en idioma extranjero con que saludó a nuestro presidente. Todo mal Bergoglio. Te desconozco y te repruebo.Una vez más cito a Hegel: «Lo que nos hace avanzar es lo que nos desmiente»
Alicia, con tu analisis me hiciste acordar a la graciosa actitud de mi sobrina, que a sus tres o cuatro años se habia hecho la costumbre de pedir perdón compulsivamente, con mucha angustia, despues de hacer sus travesuras. Lo hacia como si con eso, por arte de magia, el hecho perdiera importancia…como si dejara de tener "consecuencias"…A mi tampoco me gustan los mensajes del Papa…para nada…
Sobre lo principal, muy de acuerdo. Lo que no se entiende es lo final, ¿que tiene que ver que no haya venido a la Argentina? Su viaje era a Chile y a Perú. Así se planeó y realizó. Punto. (El Papa es del mundo católico, "no es argentino")
El presidente Macri, fiel a su moda, debería sacar un DNU separando Estado y religión.