Ante una ruptura conflictiva, de pareja o no, y por fuera de las concepciones religiosas, esta establecido que internamente no se puede perdonar a quien no se ha disculpado. Por que?. Porque la disculpa requiere: l) reconocimiento de lo «mal hecho»; 2) concientización(terreno de la culpa); 3) reparación. Cuando este proceso no ocurre, se pasa a la «justificación», que es otra cosa, y que requiere un pase por la reflexión propia a fin de comprender, analizar al Otro, con vistas justamente a entender «qué le pasó». Mientras que el proceso de la disculpa, pasa inexorablemente por el terreno de lo Moral. Vale decir, se recurre y se transita el terreno de la interpretacion psicológica cuando el Otro se licúa en el aire, cual si hubiera sido un burbuja humana, pero no un Ser Humano. No hay palabras, no hay presencia, hay evitación. Es cobardía? Tal vez. Se da la espalda cuando no se puede dar la cara. O se ha instalado el Goce?(Lacan).
Disculpa, perdón, reparación.
Si bien hay hechos que no tienen redención, ya que la Integridad no admite fallos, el funcionamiento social humano exige pautas de retracción por parte del que dañó. Es la violencia que caracteriza a nuestros tiempos, lo que promueve el «pase al acto» y a la ulterior inescrupulosidad en el sentido de no pensarse en falta. Lo que no se revisa, esta destinado a repetirse. Y para ello, quien daña, requiere de un complicado sistema de autojustificacion, basado en interpretaciones de caracter psicopático, que tal vez lo acompañaron toda su vida, y se gestaron en su devenir. Es en el atractivo y fatídico nexo neurótico-psicópata adonde abrevan estas relaciones de vínculos anómalos con el Otro, adonde siempre una parte lleva las de perder para que la otra siga dañando, por eso de la REPETICION.